El Lado Oscuro: One Tree Hill y Víctor Jara

Hoy les contaremos un trozo de la historia de U2 que toca la fibra entera de su modo de ver la vida respecto a sus valores y su modo de ver la música desde la perspectiva social y humanista.

Las 44 espinas del árbol de Josué

La banda ya había hablado de movimientos civiles y conceptos valóricos en el disco The Unforgettable Fire, cuando toco la temática de Martin Luther King con las canciones MLK y Pride, pero cuando estuvieron en plena gira que promociono Amnistía en Estados Unidos, fueron debidamente informados de la realidad mundial sobre los Derechos Humanos y por sobre todo en Latinoamérica, en un momento en que en 1986 casi todos los países al sur de Estados Unidos estaban hundidos en una gran dictadura.

Bono en particular conoció mucha gente que sufrió en El Salvador y Nicaragua con las guerras civiles “promocionadas” por la CIA y lo vivió en carne propia cuando presencio bombardeos de los aviones Norteamericanos en los poblados de los valles Salvadoreños.

El vocalista de U2 se interesó en los líderes de esa época, conoció a uno que lo impacto fuertemente y descubrió que existía una persona que represento toda una generación en Latinoamérica y que fue asesinado por luchar por los cambios sociales mediante sus letras, música y arte teatral.

Víctor Jara fue un músico, cantautor, profesor, director teatral y activista político, y representa una parte estructural del ideal humanista que tiene la banda y que además es la base temática del disco The Joshua Tree, con una canción que representa todo lo que sentía Bono en esa época. ONE TREE HILL es una de las canciones de protestas más reconocidas de la banda y muy querida por los fanáticos en todo el mundo. Esta canción es una de las pocas en la cual U2 habla directamente de una persona y lo nombra con todas sus letras.

En el riñón de la canción Bono habla literalmente; “Jara cantó, su canción es un arma en las manos del amor, tu sabes que su sangre aún grita desde la tierra”.

Se nota que el letrista de la banda conoció la historia de este gran artista, ya que cuenta en estas sencillas palabras, cómo fue asesinado por las Fuerzas Armadas que realizaron el Golpe de Estado en Chile el 11 de Septiembre de 1973.

Víctor Jara fue hecho prisionero el mismo día del golpe militar, cuando estaba haciendo clases de teatro en la Universidad de Santiago, fue llevado a un local deportivo, (que en ese momento se había transformado en campo de detención para prisioneros políticos), e interrogado por militares durante 5 días. Fue torturado sicológica y físicamente, Jara sufrió lo insufrible, ya que en ese interminable proceso, quebraron sus manos con las culatas de las pistolas y los soldados le ordenaron irónicamente, que tocara su guitarra y cantara alguna canción.

Este líder generacional, que fue conocido como el Bob Dylan Latinoamericano, fue llevado la madrugada del 16 de Septiembre a las catacumbas del centro de detención y fue asesinado con disparos de pistola y metralleta. Lo acribillaron con 44 balas en todo su cuerpo.

A Bono le afecto mucho la historia y quiso dejar en sus letras toda la herencia del cantautor, plasmando en la misma canción, un mensaje de esperanza, incluso cuando se sufren estos acontecimientos que influyen y transforman a millones de personas.

Bono escribió a continuación; “No creo en rosas pintadas o en corazones sangrantes, mientras las balas violan la noche de los misericordiosos, te veré otra vez cuando las estrellas caigan del cielo, y la luna se haya vuelto roja en la Montaña de Un Árbol”.

Aquí es cuando la letra se transforma en algo que te une a tus seres queridos y busca el reencuentro a pesar de todo lo imponderable. Aquí es cuando Bono se acerca a Greg Carroll que fuera uno de sus mejores amigos y ayudante personal, que había muerto en un accidente en plena grabación del Joshua Tree, y cierra la canción como un rezo bíblico que hace vibrar la canción en un cántico profundo y desolador; “Oh gran océano. Oh gran mar. Corre hacia el océano. Corre hacia el mar.” One Tree Hill fue single en 1987, pero en forma exclusiva en Nueva Zelanda y Australia, como homenaje a Greg Carroll, que era de Origen Maorí.

La canción fue interpretada intensamente en el Joshua Tree Tour y también en el LoveTown Tour, y ya avanzado los años, solo sería rescatada en vivo cuando la banda visitaba Chile y Nueva Zelanda.

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